Los niños añoraban la llegada del domingo, porque la mamá expresaba que los llevaría a la piscina de la finca de la tía; tenían que l espacio para ellos solos y se hacia una barbacoa o se llevaba comida preparada para compartir.
Con el tiempo, los niños descubrieron que la finca era de una comunidad de monjas que muy gentilmente prestaban su espacio para que disfrutara la familia.
“Para las almas generosas todas las tareas son nobles” - Eurípides