Ella ya es adulta y recuerda que su infancia fue apoyada por su Padrastro, puesto que cuando tenía 4 años, su padre se ausentó, porque sintió la carga de un hogar de cinco hijos y tenían crisis económica en casa.
El padrastro llegó y brindo cariño, protección, seguridad y apoyo económico que se requería, su nombre no fue papi, pero como iluminación del cielo, la niña, hoy una mujer adulta le llamaba “MOR LINDO”.
Mor lindo cimentó en ese hogar de una madre y cinco hijos menores de edad una conexión profunda, mantuvo el respecto, construyó un bienestar para todos.
De los cinco hijos, los más pequeños vivieron con el acompañamiento de su padrastro y la hija menor mantiene una conexión de confianza. Los años trascurrieron y para ella, este hombre que ya esta en su vejez, sigue siendo “Mor lindo”.