El 25 de diciembre de cada año era super especial, se reunía toda la familia en torno a la celebración de cumpleaños del Padrino; todos llegaban con la alegría de reunirse.
La comida se servía a los adultos en la mesa y los niños en la escaleras que conducían a las habitaciones, todos podían ver que cada uno era tratado con un amor especial, la prioridad era para cada uno de manera especial y no se sentía rivalidad de afecto.
Que momentos aquellos, que años tan maravillosos de nunca acabar.