Ella tenía un vecino de su casa, un señor mayor de edad. Todos los días alrededor de las 3 de la tarde, el señor colocaba música de su agrado, casi siempre mexicana como mariachis, rancheras, corridos, de vez en cuando hip hop o música clásica.
Las canciones traspasaban paredes, ya que volumen era alto, se podía escuchar perfectamente y con acierto se puede decir que tuvo un impacto significativo en la personalidad de ella.
Las canciones afectaban el estado de ánimo de ella de manera positiva, la gratitud debe hacerse; porque las canciones del vecino sí aportaron alegría para ella.