Relato 31. Amor del puro

Relato 31.  Amor del puro

El no era un Jinete profesional, pero si se puede decir que le gustaba montar a caballo, era su hobby en las tardes frescas.

Una vez él llegó a montar y le prepararon una yegua, trotaba con alegría hasta cuando un potrillo empezó a relinchar; ¡oh, que carrera!, el amor puro de la madre yegua salía al encuentro con su hijo; el jinete no la pudo controlar, él solo se tendió y dejó que llegará al lugar en donde se encontraba el potrillo. La calma se dio cuando la yegua y el potrillo se encontraron.

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