Relato 29. Una partida cortica

Relato 29. Una partida cortica

Ella sintió en su corazón que había faltado la despedida, quería expresar lo mucho que amaba a su padre el día de su fallecimiento, pero solo se contuvo pensando en el que dirían.

Debía haberlo dicho en su momento: que su partida era cortica, que el adiós no era total,  que le agradecía su fuerza, su apoyo incondicional y que tenia la convicción que las palabras de San Agustín era la respuesta a su cambio y sanación: “me tocaste, y deseo con ansia la paz que procede de ti”.

 

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