Relato 24. Pecosa

Relato 24. Pecosa

Ella tenía su gracia; por ello, cuando abría la puerta y entraba, todas las miradas estaban en sus pecas. Sí se veía bellísima y se podía decir que así de bella era su alma.

Quienes la conocieron sabían que era disciplinada, exigente, amorosa, un poco charlatana, pero era así, arrolladora.

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