Ellas eran unidas, donde iba la una, estaba la otra; se quedaron solas y la mayor de las hermanas encontró un trabajo de ventas en un almacén. Su salario era distribuido mensualmente y la comida racionalizada así no fuese la más nutritiva.
El esfuerzo de las dos era un desafío, la fortaleza era la independencia y como habilidad la puntualidad. Unidas lograron confianza en sí mismas y autonomía en sus decisiones.