Relato 13. No puede ser olvidado

Relato 13. No puede ser olvidado

Él llego a la edad de vejez y aunque no recordaba el nombre de personas ni las reconocía; sin embargo, sí se sabía todas las canciones rancheras que de joven cantaba, su alegría era desbordante y sus ojos brillaban cuando lo saludaban.

Hoy el tiempo paso y el sitio en donde esta no era su casa, por ello no puede ser olvidado, porque lo bonito de alegría aun no se puede apagar. Al parecer espera, espera a alguien que ama.

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