Ella ha escuchado en el trascurso de su vida, tal vez en dos o tres ocasiones y en escenarios diferentes, esta expresión: ¿y quién te quiere?, hoy con gran certeza puede decir, PRIMERO y el más IMPORTANTE, “Dios”, el “Dios de amor”.
Retoma con confianza las palabras de San Agustín en Las Confesiones: “Desde el primer contacto contigo permaneces en mi memoria y en ella te encuentro”; y de qué manera, si todos los días de la existencia están escritos en el libro de la vida.
Ella siempre se ha sentido amada por su familia, conformada por personas llenas de fuerza, en algunos casos disfuncionales, pero siempre presente para cada uno, como los tres Mosqueteros “todos para uno y uno para todos”.
Amada por personas que, sin ser familia, demuestran el afecto, su amabilidad, su comprensión y su aceptación; aquellas que nunca buscan cambiar a nadie, solo dan amor y reciben con amor.
¿Quién te ama?: Todos; todo aquel que acepta, que se toma el tiempo, el espacio para compartir, para escuchar, para conversar, para guardar silencio, para comprender, para maravillarse y encontrar un verdadero tesoro.