Ella aceptó la invitación de moverse, de ponerse en camino, de ser peregrino, se vinculó a “Peregrinos de Reina de la Paz” encuentro en Bucaramanga.
Seguramente el Espíritu Santo de Dios movía su corazón y llena de alegría cada peregrinar.
Al llegar a Medjugorje se siente el llamado de orar, de participar de eucaristía, de confesarse, de adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento y orar en la cima del monte de KRIZEVAC y en el monte de PODBRDO.
Ella siente que es posible volver a casa con la alegría del encuentro con MARIA REINA DE LA PAZ, Con un sentimiento nuevo de esperanza y con el amor susurrante de una MADRE que expresa a cada instante “Gracias por haber acudido a mi llamado”.
